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Ambientación
La familia Rutledge es una familia de renombre, sumamente conocida por toda la sociedad londinense, son dueños de casi la mitad de la ciudad, y es que han heredado propiedades y acciones generación tras generación. No hay una sola persona que no sepa quiénes son estos, además resulta casi imposible olvidarlos considerando que los padres de estos han llamado a sus hijos en orden alfabético conforme fueron naciendo, Anthony, Benedict, Colin, Daphne, Eloise, Francesca, Gregory y Hyacinth Rutledge; aunque nos encontramos en el año 2015, las madres de la sociedad londinense sueña con ver a sus hijos casados con uno de ellos, ya que todos permanecen solteros, salvo por la mayor de las chicas, que está prometida al gran empresario Simon Basset, un buen amigo del mayor de los Rutledge. Pero esta familia esconde un oscuro secreto, mismo que resulta escalofriante de tan solo pensarlo, y lo peor de todo, nadie podría imaginarse jamás que esta gran familia, es nada más y nada menos que un grupo de psicópatas. Anthony, Benedict, Colin y el mismo Simon, se han dedicado a realizar los asesinatos más ruines que nunca nadie haya visto en la historia, siendo este último posiblemente una de las personas más despiadadas de todos ellos y el posible "maestro" de Anthony. Por supuesto que nadie podría llegar a pensar que esos hombres tan amable con quien se le ponga en frente, correctos, pulcros y educados serían capaces de algo como eso, razón por la cual les resulta más sencillo pasar desapercibidos, pero la situación ha ido mucho más lejos esta vez. Esta vez han decidido abrir un lujoso hotel siete estrellas ubicado en el medio del mar, al que por obvias razones, solo se puede acceder en barco, ¿dónde está el hotel? En el medio de la nada, nadie, salvo ellos y Daphne - quien es la única del resto de la familia enterada de todo y de acuerdo con ello -, saben donde se encuentra ubicado, y por inauguración y como motivo de llevar a cabo durante el primer mes la boda de Daphne y Simon, han acordado invitar a la sociedad más distinguida y adinerada de Londres a las mejores vacaciones de sus vidas durante, supuestamente, 3 meses, mismas que podrían terminar siendo las peores de todas, unas vacaciones de las cuales jamás regresarán gracias a la excéntrica familia y el personal de dicho hotel, que no son más que los fieles seguidores Rutledge. Claro que el viaje también ha atraído a bastantes criminales tanto conocidos por la policía como completamente desconocidos, la crema innata de Londres irá a pasar sus vacaciones ahí, es el momento perfecto para sacarles su dinero a unos cuantos ricachones, pero sin duda alguna, se han equivocado de lugar, ya que los Rutledge son una familia celosa, nadie toca a sus víctimas, salvo ellos mismos o su gente, ¿te atreverías a desafiarlos? ¿Serías capaz de subirte al barco y conocer el hermoso hotel? ¿Por qué no? Son solo gente normal con intereses un tanto... poco convencionales. Entra y conocelos a todos!! |
Normas
#Tu avatar deberá medir obligatoriamente 220x400.
#La firma tiene que ser de 500x350 como máximo. #Ponte Nombre y Apellido. #Haz el expediente y los registros para poder darte color. |
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Datos Extra
#Según la invitación, la estancia en el hotel será de solo 3 meses, pero todos sabemos que serán unas vacaciones sin retorno. #El hotel está en medio del mar, en medio de la nada, por lo que no hay comunicación con la ciudad, y solo se puede regresar en los barcos que los han traído, mismo que solo volverían si Anthony o Simon dan la orden. |
Surprises, Wine and Tagliatelle with Salmon [Benedith]
2 participantes
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Surprises, Wine and Tagliatelle with Salmon [Benedith]
Tenía pocos días de haber llegado al hotel de Benedith y sus hermanos para la boda de Daphne con Simon; a pesar de que Ben no me permitió pagar por mi estadía, no me arrepentía de hacer el viaje y como podía negarle algo…Caminando al restaurante del hotel me encontré con una de las recepcionistas del hotel que me aviso que la hora del almuerzo ya había acabado y que encontraría el restaurante más calmado, lo que para mí fueron buenas noticias. Camine más o menos cinco minutos antes de llegar frente al podio de la host, donde decidí pedir una mesa para poder comer algo decente después de la cantidad de días de rondas en el hospital, donde mi única fuente de alimento fue de comida rápida; después de tanta pizza mi estómago pedía a gritos un buen plato de pasta con salmón y tal vez una copa de vino blanco.
El camarero me llevo a una mesa en la parte interna del restaurant, mientras caminaba veía varias caras conocidas y otras desconocidas, le había dicho al camarero que no detuviera a los que quisieran acercarse, pero igual me dijo que no detendrían a ninguno de los Rutledge por obvias razones, algo que entendía perfectamente.
Tome el menú de vinos que el camarero me ofreció; mientras estaba revisando la lista una adorable pequeña de unos siete años que atendí hace poco tiempo por un virus estomacal, se acercó a mi mesa para saludarme y mostrarme que ya estaba mucho mejor gracias a mi ayuda y a la de mis compañeros del hospital. Me tome unos minutos para conversar con la pequeña y la mama me sonrió agradecida. Voltee a mirar al camarero para pedir mi vino – Deme una copa de Chardonnay y Tagliatelle con salmón – dije sonriéndole amablemente, para el luego voltearse tomando el menú que había colocado sobre la mesa.
Tome mi celular para continuar con la lectura del libro que actualmente llamaba mi adicción; estaba bajando por el índice buscando donde me quede cuando escuche mi nombre, al levantar la vista una sonrisa se extendió por mis labios, ya que allí estaba Benedith justo en la mesa que se encontraba frente a la mía – Buenas Tardes Dr. Rutledge, que sorpresa verlo por aquí a estas horas…generalmente ya estaría en su consultorio si no me falla la memoria – dije riendo ligeramente ante pequeña burla.
El camarero me llevo a una mesa en la parte interna del restaurant, mientras caminaba veía varias caras conocidas y otras desconocidas, le había dicho al camarero que no detuviera a los que quisieran acercarse, pero igual me dijo que no detendrían a ninguno de los Rutledge por obvias razones, algo que entendía perfectamente.
Tome el menú de vinos que el camarero me ofreció; mientras estaba revisando la lista una adorable pequeña de unos siete años que atendí hace poco tiempo por un virus estomacal, se acercó a mi mesa para saludarme y mostrarme que ya estaba mucho mejor gracias a mi ayuda y a la de mis compañeros del hospital. Me tome unos minutos para conversar con la pequeña y la mama me sonrió agradecida. Voltee a mirar al camarero para pedir mi vino – Deme una copa de Chardonnay y Tagliatelle con salmón – dije sonriéndole amablemente, para el luego voltearse tomando el menú que había colocado sobre la mesa.
Tome mi celular para continuar con la lectura del libro que actualmente llamaba mi adicción; estaba bajando por el índice buscando donde me quede cuando escuche mi nombre, al levantar la vista una sonrisa se extendió por mis labios, ya que allí estaba Benedith justo en la mesa que se encontraba frente a la mía – Buenas Tardes Dr. Rutledge, que sorpresa verlo por aquí a estas horas…generalmente ya estaría en su consultorio si no me falla la memoria – dije riendo ligeramente ante pequeña burla.
Sophie M. Beckett- Internistas
- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 20/03/2015
Edad : 36
Re: Surprises, Wine and Tagliatelle with Salmon [Benedith]
Nunca imaginé que durante un día completo no había tenido absolutamente nada que hacer en el trabajo, me sentía un poco aburrido estar solo sentado en el consultorio, no quedaban citas ni emergencias, nada que me estuviera reteniendo en este lugar, antes de que mi parte claustrofóbica llegara me levanté de la silla, guardé todo lo que estaba en el escritorio y salí de ahí. Paré un momento para avisarle a Alice - Ya me iré, si ocurre una emergencia o algo importante me avisas- le dije seriamente sin despedirme, ella solo asintió, camine sin dirección alguna.
Era algo tarde pero aun así no me sentía cansado, tenía que distraerme en algo, el problema era que no sabía en que… comencé a reír cuando llegó el recuerdo de la broma que le haría a Daphne con ayuda de mi hermana Eloise, esa forma era inmadura como para enseñar una lección, a pesar de que se lo merecía y es de las únicas formas en que ella puede entender, otra cosa de la que hablé con Eloise fue acerca de quién sería mi pareja en la boda, al final junto con ella tomé la decisión de invitar a Sophie, si ella acepta también sería dama de honor, como ya faltaba poco para la boda y no le dije a Daphne quien me acompañaría, me dejó el vestido para dárselo a quien fuera conmigo, por lo tanto si me llegaba a negar la petición ocurriría otra discusión con Daph, pienso por un instante en ir a buscarla, solo que ya es tarde, probablemente este ocupada o en una parte de este enorme hotel, solo negué con la cabeza y continúe caminando.
Escuche como me rugía el estómago, entonces tuve que irme al restaurante a comer algo, hace rato acababa de pasar la hora del almuerzo de modo que el lugar tendría poca gente, eso me agrada, no me gusta estar entre tanta gente muy seguido. Llegué directamente a pedir una mesa para sentarme luego de que me la asignaran, recibí el aviso de cual mesa se trataba y me dirigí hacia ella. Cuando ya estaba ahí el camarero me ofreció la carta, pase el dedo por todos los platillos hasta que me detuve en Coq au Vin, era uno de mis platillos favoritos, así que lo pedí con algunos vegetales y solamente agua.
Cuando el camarero se llevó el menú, me quede a esperar la comida, como me encontraba solo y no tenía nada a la mano para pasar el tiempo comencé a voltear alrededor del restaurante, cuando fije mi mirada en la persona que nunca hubiera pensado que se encontraría a estas horas ahí, era Sophie, para mí siempre se veía preciosa pero hoy, hoy estaba más hermosa, no sé cómo no me di cuenta de que estaba en frente de mi mesa, al parecer ella aun no me miraba – Buenas tardes Sophie- le dije en voz alta para que lograra escucharme, cuando me notó no pude evitar sonreírle – Sophie ya habíamos hablado acerca de esto, sabes que puedes tutearme- bromee un poco – Hoy tuve muy pocas cosas que hacer así que Salí temprano ¿Puedo acompañarte a almorzar?- le pregunté amablemente, me quedé esperando su respuesta, este es un buen momento para decirle que sea mi pareja.
Era algo tarde pero aun así no me sentía cansado, tenía que distraerme en algo, el problema era que no sabía en que… comencé a reír cuando llegó el recuerdo de la broma que le haría a Daphne con ayuda de mi hermana Eloise, esa forma era inmadura como para enseñar una lección, a pesar de que se lo merecía y es de las únicas formas en que ella puede entender, otra cosa de la que hablé con Eloise fue acerca de quién sería mi pareja en la boda, al final junto con ella tomé la decisión de invitar a Sophie, si ella acepta también sería dama de honor, como ya faltaba poco para la boda y no le dije a Daphne quien me acompañaría, me dejó el vestido para dárselo a quien fuera conmigo, por lo tanto si me llegaba a negar la petición ocurriría otra discusión con Daph, pienso por un instante en ir a buscarla, solo que ya es tarde, probablemente este ocupada o en una parte de este enorme hotel, solo negué con la cabeza y continúe caminando.
Escuche como me rugía el estómago, entonces tuve que irme al restaurante a comer algo, hace rato acababa de pasar la hora del almuerzo de modo que el lugar tendría poca gente, eso me agrada, no me gusta estar entre tanta gente muy seguido. Llegué directamente a pedir una mesa para sentarme luego de que me la asignaran, recibí el aviso de cual mesa se trataba y me dirigí hacia ella. Cuando ya estaba ahí el camarero me ofreció la carta, pase el dedo por todos los platillos hasta que me detuve en Coq au Vin, era uno de mis platillos favoritos, así que lo pedí con algunos vegetales y solamente agua.
Cuando el camarero se llevó el menú, me quede a esperar la comida, como me encontraba solo y no tenía nada a la mano para pasar el tiempo comencé a voltear alrededor del restaurante, cuando fije mi mirada en la persona que nunca hubiera pensado que se encontraría a estas horas ahí, era Sophie, para mí siempre se veía preciosa pero hoy, hoy estaba más hermosa, no sé cómo no me di cuenta de que estaba en frente de mi mesa, al parecer ella aun no me miraba – Buenas tardes Sophie- le dije en voz alta para que lograra escucharme, cuando me notó no pude evitar sonreírle – Sophie ya habíamos hablado acerca de esto, sabes que puedes tutearme- bromee un poco – Hoy tuve muy pocas cosas que hacer así que Salí temprano ¿Puedo acompañarte a almorzar?- le pregunté amablemente, me quedé esperando su respuesta, este es un buen momento para decirle que sea mi pareja.
Benedict Rutledge- Cirujanos
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